domingo, 15 de febrero de 2015

El Diario de un Hombre Ermitaño - Episodio 27 "Dar gracias, Pedir perdón y perdonar… La mejor forma de curar y curarse así mismo."



El Diario de un Hombre Ermitaño - Episodio 27 "Dar gracias, Pedir perdón y perdonar… La mejor forma de curar y curarse así mismo."


No es muy distante el tiempo en que conocí a una gran amiga que me enseño el valor de estas palabras y aunque ella ahora se encuentra muy lejos, queda grabado en mi esencia el valor de cada una de ellas.
 Y es de aprovechar el día de hoy, en este grato día de lluvia compartir algunas cosas que pude aprender de ella:
Cada de una de estas palabras representa un elemento de curación, ya sea en lo emocional o en lo espiritual, en cada plano que se aplique o se diga cada una de ellas, tendrá un efecto de paz y armonía generada, en especial  cuando son mencionadas con verdadero sentimiento.

Dar Gracias…

Debemos dar gracias por todo aquello que acontece en nuestras vidas, por cada pequeño suceso, pues como dije en un escrito anterior nuestra vida es transitoria, cada suceso es trascendental, deberíamos estar agradecidos por cada día que tenemos, por las personas que amamos, por las personas que nos aman, dar gracias a aquellos que tuvieron una breve existencia en nuestra camino de vida, por los recuerdos y las nostalgias, incluso debemos estar agradecidos por aquellas personas que en un momento dado talvez nos hicieron daño, pues cada uno de ellos nos enseñó que la vida a veces es dura, que tratamos con seres humanos, que las personas cometen errores y sobre todo que siempre aprendemos algo de ellos, nos hacemos más fuertes y aprendemos, es parte de crecer.
Debemos dar gracias por nuestra existencia, gracias por todo lo hermoso y bello que nos rodea, gracias por todo lo bueno y lo malo, `pues nuestra existencia desde que llegamos a este mundo siempre tiene que estar en constante equilibrio.
Por cada recuerdo malo que uno pueda tener, siempre existirán muchos gratos y bellos que componen la lírica de ensueño que es nuestra existencia.

Pedir Perdón…

Nunca es fácil aceptar nuestros errores, pues como seres humanos solemos obstinarnos en que siempre tenemos la razón, pero pedir perdón no solo se trata de reconocer nuestras falencias, también comprende el mayor paso hacia nuestra propia curación,  el pedir perdón nos lleva a nuestro lado humano, a nuestro lado emocional y en cierta forma demuestra que aún en el mayor suceso del caos, también existe lo bueno.
Pedir perdón es una gran muestra de sentimiento, que no todo lo que somos es malo, que podemos sobreponer nuestro egoísmo y pensar en los demás.
Pedir perdón es tan curativo, tan espiritual, que nos permite liberarnos de un sentimiento tan agobiante y negativo que con el tiempo tan solo termina por lastimar a uno mismo.
Debemos dejar de pensar en nosotros mismos todo el tiempo, pues nuestra existencia es compartida con los demás.
Sé que como seres humanos también somos capaces de lastimar y herir sentimientos, pero también somos capaces  de enmendarlo, de corregir aquello que hicimos y sobre todo de volver a empezar.

Perdonar…

Perdonar, no existe ningún artilugio que nos permita olvidar aquello que nos lastima, incluso perdonar es tan complicado que a veces nos cuesta perdonarnos a nosotros mismos.
 ¿Cómo perdonar a los demás si ni siquiera podemos con nosotros?
Perdonarnos por nuestros errores, es uno de los pasos básicos para conocernos mejor, para curarnos, para empezar de nuevo y seguir adelante, nos permite crecer y madurar, nos permite dejar atrás aquellos rencores que obviamos u ocultamos con el tiempo y al lograrlo podemos alcanzar esa tranquilidad que tanto añorábamos, esa armonía completa que conlleva a aquello que muchos describen como felicidad.

Estas fueron algunas de las cosas que aprendí de ella, una gran amiga a la que aprecio y quiero demasiado, me enseñó a ser una mejor persona, me enseño que mi lado emocional aunque oculto siempre está latente y sobre todo que demostrar nuestros sentimientos nos devuelve aquello que perdemos con el tiempo, cuando nos dejamos llevar e invadir por todo lo innecesario en nuestras vidas y me mostró lo esencial para el camino que recorro a diario en busca de mis ideales.
Esto es lo que comparto con ustedes mis queridos lectores y como siempre espero que cada palabra escrita de este hombre errante, siempre sea de su agrado.

Hasta pronto.

Luis Pablo


El Diario de un Hombre Ermitaño - Episodio 27 "Dar gracias, Pedir perdón y perdonar… La mejor forma de curar y curarse así mismo."



El Diario de un Hombre Ermitaño - Episodio 27 "Dar gracias, Pedir perdón y perdonar… La mejor forma de curar y curarse así mismo."


No es muy distante el tiempo en que conocí a una gran amiga que me enseño el valor de estas palabras y aunque ella ahora se encuentra muy lejos, queda grabado en mi esencia el valor de cada una de ellas.
 Y es de aprovechar el día de hoy, en este grato día de lluvia compartir algunas cosas que pude aprender de ella:
Cada de una de estas palabras representa un elemento de curación, ya sea en lo emocional o en lo espiritual, en cada plano que se aplique o se diga cada una de ellas, tendrá un efecto de paz y armonía generada, en especial  cuando son mencionadas con verdadero sentimiento.

Dar Gracias…

Debemos dar gracias por todo aquello que acontece en nuestras vidas, por cada pequeño suceso, pues como dije en un escrito anterior nuestra vida es transitoria, cada suceso es trascendental, deberíamos estar agradecidos por cada día que tenemos, por las personas que amamos, por las personas que nos aman, dar gracias a aquellos que tuvieron una breve existencia en nuestra camino de vida, por los recuerdos y las nostalgias, incluso debemos estar agradecidos por aquellas personas que en un momento dado talvez nos hicieron daño, pues cada uno de ellos nos enseñó que la vida a veces es dura, que tratamos con seres humanos, que las personas cometen errores y sobre todo que siempre aprendemos algo de ellos, nos hacemos más fuertes y aprendemos, es parte de crecer.
Debemos dar gracias por nuestra existencia, gracias por todo lo hermoso y bello que nos rodea, gracias por todo lo bueno y lo malo, `pues nuestra existencia desde que llegamos a este mundo siempre tiene que estar en constante equilibrio.
Por cada recuerdo malo que uno pueda tener, siempre existirán muchos gratos y bellos que componen la lírica de ensueño que es nuestra existencia.

Pedir Perdón…

Nunca es fácil aceptar nuestros errores, pues como seres humanos solemos obstinarnos en que siempre tenemos la razón, pero pedir perdón no solo se trata de reconocer nuestras falencias, también comprende el mayor paso hacia nuestra propia curación,  el pedir perdón nos lleva a nuestro lado humano, a nuestro lado emocional y en cierta forma demuestra que aún en el mayor suceso del caos, también existe lo bueno.
Pedir perdón es una gran muestra de sentimiento, que no todo lo que somos es malo, que podemos sobreponer nuestro egoísmo y pensar en los demás.
Pedir perdón es tan curativo, tan espiritual, que nos permite liberarnos de un sentimiento tan agobiante y negativo que con el tiempo tan solo termina por lastimar a uno mismo.
Debemos dejar de pensar en nosotros mismos todo el tiempo, pues nuestra existencia es compartida con los demás.
Sé que como seres humanos también somos capaces de lastimar y herir sentimientos, pero también somos capaces  de enmendarlo, de corregir aquello que hicimos y sobre todo de volver a empezar.

Perdonar…

Perdonar, no existe ningún artilugio que nos permita olvidar aquello que nos lastima, incluso perdonar es tan complicado que a veces nos cuesta perdonarnos a nosotros mismos.
 ¿Cómo perdonar a los demás si ni siquiera podemos con nosotros?
Perdonarnos por nuestros errores, es uno de los pasos básicos para conocernos mejor, para curarnos, para empezar de nuevo y seguir adelante, nos permite crecer y madurar, nos permite dejar atrás aquellos rencores que obviamos u ocultamos con el tiempo y al lograrlo podemos alcanzar esa tranquilidad que tanto añorábamos, esa armonía completa que conlleva a aquello que muchos describen como felicidad.

Estas fueron algunas de las cosas que aprendí de ella, una gran amiga a la que aprecio y quiero demasiado, me enseñó a ser una mejor persona, me enseño que mi lado emocional aunque oculto siempre está latente y sobre todo que demostrar nuestros sentimientos nos devuelve aquello que perdemos con el tiempo, cuando nos dejamos llevar e invadir por todo lo innecesario en nuestras vidas y me mostró lo esencial para el camino que recorro a diario en busca de mis ideales.
Esto es lo que comparto con ustedes mis queridos lectores y como siempre espero que cada palabra escrita de este hombre errante, siempre sea de su agrado.

Hasta pronto.

Luis Pablo