El Diario de un Hombre Ermitaño - Episodio 6 "Sobre el amor y mis propios anhelos"
Comienzo este escrito con la siguiente frase de Gabriel García Márquez:
“En todo momento de mi vida hay una mujer que me lleva de la mano en las tinieblas de una realidad que las mujeres conocen mejor que los hombres y en las cuales se orientan mejor con menos luces.”
Siempre pensé que en algún momento de mi vida, llegaría enamorarme y encontraría una persona que pudiera comprender mi forma de ser, de actuar, que podría lidiar con lo bueno o malo en mí, no significa que sea una persona complicada, pero como ser humano tengo virtudes y también defectos.
He escrito la mayor parte de mi vida, acerca del amor, el amor a uno mismo, a la familia, a los amigos, a los recuerdos, incluso me pase horas, días y años escribiendo al amor en sí, pero es irónico ya que en mis años de vida he pasado la mayoría de ellos siguiendo otro camino distinto y que en su mayoría de ellos involucraba el exilio.
Claro, durante el camino conocí mujeres, que cambiaron mi vida, me enseñaron a madurar y me demuestran cada día, que el hombre en su lucha diaria de sombras siempre va a necesitar una luz, esa luz que de manera tierna demuestra nuestro lado humano y nos deja vulnerables ante aquellas mujeres que nos complementan.
A veces llego a pensar que en la búsqueda de conocernos a nosotros mismos, que es un idilio tan complicado, se dispuso que encontremos a esa persona que nos acompañará para ayudarnos en la búsqueda de la tan aclamada felicidad y aunque suene algo muy gastado o muchas personas piensen lo contrario a mí, creo firmemente en el amor verdadero, pues a pesar de que a diario en mi vida de alter ego (por no decir mi trabajo), suelo ser racional y analítico, nunca existió motivo para dejar de ser emocional.
Incluso ahora, que he decidido quedarme en esta ciudad, por un largo periodo, ya que en mi búsqueda de la tranquilidad y establecerme de una forma u otra, encontré lo que buscaba en los cimientos de mi esencia, en el lugar al que jamás pensé regresar que era el hogar, el primero.
Imagino, que escribir sobre el amor, no es tan fácil pues uno no puede definirlo, tienes que vivirlo.
Si menciono todo esto, es porque ahora sentando en las afueras de algún lugar mientras disfruto de esta lluvia y la música de Amanda Palmer, he decidido compartir con ustedes que estoy enamorado.
Aún no conozco el final de esta historia, pero es muy hermoso, pensar en alguien, escribirle a diario, hacerla sonreír y quedar emocionado cada vez más que puedo conocerla.
Así que hoy les comentaré algo sobre ella y espero claro que ella pueda leer estas palabras, pues son las primeras que serán abiertamente compartidas y que ella aparece en mis letras.
La conozco hace mucho tiempo, siempre tuvo esa mirada tierna y esa sonrisa que enamora y te deslumbra a tan solo un instante y que simplemente es mágico.
Es curioso cómo funcionan las cosas, conoces a alguien, te gusta, te enamoras, pero ¿serás capaz de decirle tus sentimientos?, en mi caso siempre suele ser complicado, pues este querido escritor es una persona tímida, algo huraña y como siempre con un corazón de ermitaño.
Cómo podría decirle a una chica como ella, que pienso en ella, que escribo para ella, que incluso cuando camino por las calles, entre mis audífonos y obviando a todo el mundo, mi mente divaga sobre cómo estará ella.
La conozco hace mucho, que es tan curioso como en el pasar de los años nos hemos cruzado tanto y en varias ocasiones y a pesar de ellos nunca tuve el valor de decir ni una sola palabra para acercarme más.
Siempre intercambiábamos un sencillo “hola” y mis intentos de conocerla más no eran muy progresivos, debido a mi timidez y como siempre terminaba por irme viaje ya que mi estadía era siempre tan corta y aquella mujer se quedaba con mis pensamientos.
Hubo ocasiones, o ciertos años que las cosas mejoraban, pues podía conversar más con ella, compartimos largas charlas por teléfono, sobre sus sueños, sus libros predilectos, sus gustos y sobre cualquier tema que ella quisiera compartir conmigo, pues yo solo quedaba maravillado ante aquella mujer que emergía de mis sueños y se transformaba en mi musa, la inspiración a cada palabra nueva que tenga.
Pero al final siempre dejaba que el tiempo pasará, pues mi vida y mi alter ego, me llevaban por otras ciudades, por otros destinos, tan alejados y tan distantes que volvía perder todo contacto con ella.
Y han pasado muchos años mis queridos lectores, mucho tiempo para que yo regresará a este pequeño lugar donde se encuentra ella, pero ¿Sería capaz de intentarlo una vez más?, tenía que intentarlo, ahora que había regresado y tenía todo el tiempo del mundo solo para mí, porque no decir lo que siento, por qué no decirle que este escritor ermitaño piensa en ella cada día y que espera el día en que pueda recitarle mis escritos mientras la veo sonrojarse.
Aquí comienza mi nueva historia personal, mis queridos lectores, pues esta es la etapa denominada como amor, en donde cada noche busco enamorar a esa persona con la sonrisa tierna y la mirada que siempre me ha dejado maravillado con todo.
Espero que este pequeño escrito, siga aumentando de párrafos a diario y que como siempre sea del agrado de todos ustedes.
En especial para aquella mujer, que me deslumbra a diario y se roba mi sueño
“En todo momento de mi vida hay una mujer que me lleva de la mano en las tinieblas de una realidad que las mujeres conocen mejor que los hombres y en las cuales se orientan mejor con menos luces.”
Siempre pensé que en algún momento de mi vida, llegaría enamorarme y encontraría una persona que pudiera comprender mi forma de ser, de actuar, que podría lidiar con lo bueno o malo en mí, no significa que sea una persona complicada, pero como ser humano tengo virtudes y también defectos.
He escrito la mayor parte de mi vida, acerca del amor, el amor a uno mismo, a la familia, a los amigos, a los recuerdos, incluso me pase horas, días y años escribiendo al amor en sí, pero es irónico ya que en mis años de vida he pasado la mayoría de ellos siguiendo otro camino distinto y que en su mayoría de ellos involucraba el exilio.
Claro, durante el camino conocí mujeres, que cambiaron mi vida, me enseñaron a madurar y me demuestran cada día, que el hombre en su lucha diaria de sombras siempre va a necesitar una luz, esa luz que de manera tierna demuestra nuestro lado humano y nos deja vulnerables ante aquellas mujeres que nos complementan.
A veces llego a pensar que en la búsqueda de conocernos a nosotros mismos, que es un idilio tan complicado, se dispuso que encontremos a esa persona que nos acompañará para ayudarnos en la búsqueda de la tan aclamada felicidad y aunque suene algo muy gastado o muchas personas piensen lo contrario a mí, creo firmemente en el amor verdadero, pues a pesar de que a diario en mi vida de alter ego (por no decir mi trabajo), suelo ser racional y analítico, nunca existió motivo para dejar de ser emocional.
Incluso ahora, que he decidido quedarme en esta ciudad, por un largo periodo, ya que en mi búsqueda de la tranquilidad y establecerme de una forma u otra, encontré lo que buscaba en los cimientos de mi esencia, en el lugar al que jamás pensé regresar que era el hogar, el primero.
Imagino, que escribir sobre el amor, no es tan fácil pues uno no puede definirlo, tienes que vivirlo.
Si menciono todo esto, es porque ahora sentando en las afueras de algún lugar mientras disfruto de esta lluvia y la música de Amanda Palmer, he decidido compartir con ustedes que estoy enamorado.
Aún no conozco el final de esta historia, pero es muy hermoso, pensar en alguien, escribirle a diario, hacerla sonreír y quedar emocionado cada vez más que puedo conocerla.
Así que hoy les comentaré algo sobre ella y espero claro que ella pueda leer estas palabras, pues son las primeras que serán abiertamente compartidas y que ella aparece en mis letras.
La conozco hace mucho tiempo, siempre tuvo esa mirada tierna y esa sonrisa que enamora y te deslumbra a tan solo un instante y que simplemente es mágico.
Es curioso cómo funcionan las cosas, conoces a alguien, te gusta, te enamoras, pero ¿serás capaz de decirle tus sentimientos?, en mi caso siempre suele ser complicado, pues este querido escritor es una persona tímida, algo huraña y como siempre con un corazón de ermitaño.
Cómo podría decirle a una chica como ella, que pienso en ella, que escribo para ella, que incluso cuando camino por las calles, entre mis audífonos y obviando a todo el mundo, mi mente divaga sobre cómo estará ella.
La conozco hace mucho, que es tan curioso como en el pasar de los años nos hemos cruzado tanto y en varias ocasiones y a pesar de ellos nunca tuve el valor de decir ni una sola palabra para acercarme más.
Siempre intercambiábamos un sencillo “hola” y mis intentos de conocerla más no eran muy progresivos, debido a mi timidez y como siempre terminaba por irme viaje ya que mi estadía era siempre tan corta y aquella mujer se quedaba con mis pensamientos.
Hubo ocasiones, o ciertos años que las cosas mejoraban, pues podía conversar más con ella, compartimos largas charlas por teléfono, sobre sus sueños, sus libros predilectos, sus gustos y sobre cualquier tema que ella quisiera compartir conmigo, pues yo solo quedaba maravillado ante aquella mujer que emergía de mis sueños y se transformaba en mi musa, la inspiración a cada palabra nueva que tenga.
Pero al final siempre dejaba que el tiempo pasará, pues mi vida y mi alter ego, me llevaban por otras ciudades, por otros destinos, tan alejados y tan distantes que volvía perder todo contacto con ella.
Y han pasado muchos años mis queridos lectores, mucho tiempo para que yo regresará a este pequeño lugar donde se encuentra ella, pero ¿Sería capaz de intentarlo una vez más?, tenía que intentarlo, ahora que había regresado y tenía todo el tiempo del mundo solo para mí, porque no decir lo que siento, por qué no decirle que este escritor ermitaño piensa en ella cada día y que espera el día en que pueda recitarle mis escritos mientras la veo sonrojarse.
Aquí comienza mi nueva historia personal, mis queridos lectores, pues esta es la etapa denominada como amor, en donde cada noche busco enamorar a esa persona con la sonrisa tierna y la mirada que siempre me ha dejado maravillado con todo.
Espero que este pequeño escrito, siga aumentando de párrafos a diario y que como siempre sea del agrado de todos ustedes.
En especial para aquella mujer, que me deslumbra a diario y se roba mi sueño
Luis Pablo
