martes, 10 de marzo de 2015

El Diario de un Hombre Ermitaño Cuarta Carta - "Remembranza, a los amigos, la familia y el Amor"



Remembranza, a los amigos, la familia y el Amor…
De tantos días pasados y tantas experiencias en mi nueva vida, hoy he hecho una parada en la nostalgia, así que decidí detener el tiempo, poner algo de música y paulatinamente escribir.
Mientras evocaba recuerdos a plena noche y dejando divagar mi imaginación, he recordado a personas muy importantes en mi vida, las nuevas amistades, aquellas que me enseñan a diario y me preparan para un camino muy largo por recorrer, poniendo toda su fe en mí y aquellas personas que me adoptaron en su círculo y me brindan un hogar.
Las antiguas amistades, aquellas personas que no han perdido ese toque mágico para sacar lo chabacano, sarcástico, bromista en mí, ese grupo pequeño de personas que aún por teléfono te gritan y te agreden con cariño, que te recuerdan y no olvidan cada experiencia fortuita he historias pasadas.
La familia, esa familia que ahora es más unida que nunca, que el tiempo pasa y cada vez me sorprende más y hacen que los quiera más, en la distancia y en la calamidad.
Pero sobre todo he hecho remembranza en el amor, ese idilio interminable, esa historia inconclusa que a pesar del tiempo pesa más con los recuerdos, ese pensamiento que hace que cite versos de Neruda y Márquez, ese fragmento que hace que me pregunte como estará o si le irá bien, ese pequeño sueño que hace que agarre una copa de vino y diga: “A tu salud niña bella”.
Por hoy he terminado, fue grato escribir, pero sobre todo recordar.


Dejaré una frase en la que citaré a uno de mis escritores favoritos:

“ayer soñé que soñaba conmigo” – Gabriel García Márquez: 12 cuentos peregrinos

Luis Pablo




El Diario de un Hombre Ermitaño Cuarta Carta - "Remembranza, a los amigos, la familia y el Amor"



Remembranza, a los amigos, la familia y el Amor…
De tantos días pasados y tantas experiencias en mi nueva vida, hoy he hecho una parada en la nostalgia, así que decidí detener el tiempo, poner algo de música y paulatinamente escribir.
Mientras evocaba recuerdos a plena noche y dejando divagar mi imaginación, he recordado a personas muy importantes en mi vida, las nuevas amistades, aquellas que me enseñan a diario y me preparan para un camino muy largo por recorrer, poniendo toda su fe en mí y aquellas personas que me adoptaron en su círculo y me brindan un hogar.
Las antiguas amistades, aquellas personas que no han perdido ese toque mágico para sacar lo chabacano, sarcástico, bromista en mí, ese grupo pequeño de personas que aún por teléfono te gritan y te agreden con cariño, que te recuerdan y no olvidan cada experiencia fortuita he historias pasadas.
La familia, esa familia que ahora es más unida que nunca, que el tiempo pasa y cada vez me sorprende más y hacen que los quiera más, en la distancia y en la calamidad.
Pero sobre todo he hecho remembranza en el amor, ese idilio interminable, esa historia inconclusa que a pesar del tiempo pesa más con los recuerdos, ese pensamiento que hace que cite versos de Neruda y Márquez, ese fragmento que hace que me pregunte como estará o si le irá bien, ese pequeño sueño que hace que agarre una copa de vino y diga: “A tu salud niña bella”.
Por hoy he terminado, fue grato escribir, pero sobre todo recordar.


Dejaré una frase en la que citaré a uno de mis escritores favoritos:

“ayer soñé que soñaba conmigo” – Gabriel García Márquez: 12 cuentos peregrinos

Luis Pablo