El Diario de un Hombre Ermitaño - Segunda Carta "¿Pensarás en mi como yo pienso en ti?
¿Es necesario el silencio, entre dos personas que solían
hablar todas las noches?
Entre la ambigüedad de las cosas,
lo solitario de mi camino y el orgullo en el tuyo una vez más terminamos en
senderos distintos.
Yo pensando en ti y tu evitando
pensar en mí, pero ambos en silencio como si estuviéramos tomados de la mano en
lo oculto, en lo secreto, extrañando aquellas palabras tantas veces dichas, que
con ternura y gran cariño profesábamos en nuestros encuentros furtivos.
¿Pensarás en mí como yo en ti?
Si, al menos una vez al día
pienso en ti, veo con alegría y a la distancia tus progresos, tus logros y
celebro la algarabía de verte feliz, en familia, cada vez más radiante y
entregada a tu camino.
Sé que no lo aceptarás, pero tú
también me observas a la distancia, mis logros, mis recuerdos, mis viajes y de
una u otra forma vuelves a leer los
cuentos que escribí para ti y recuerdas con ternura mis historias, mis bromas y
tantos escritos que te leía en las noches antes de dormir.
Esa es nuestra nueva historia,
separados por nuestras propias decisiones, separados por nuestros sueños
personales pero muy en el fondo, a la distancia, esperando que como siempre
nuestros caminos vuelvan a cruzarse.
Espero yo estar en lo correcto.
¿Es que acaso te estoy diciendo adiós?
No nunca fue así, es un hasta
luego, es un breve fragmento de tiempo congelado para ambos, un tiempo para búsquedas
internas y para que la próxima vez que nos encontremos, sea o no en esta vida o
en la próxima, podamos cambiar nuestra historia.
Estas son las palabras que
escribo para ti en esta noche, las escribo sin saber que llegarán ti, pero como
siempre no fue necesario usar muchas palabras para entendernos pues elijo creer
que mientras escribo cada letra, tu estas despierta esperando por ellas.
Hasta luego.
Luis Pablo
